lunes, 6 de julio de 2015

Efervescencias



Hoy no me siento yo.
No sé si soy menos yo que yo
o soy demasiado yo,
pero no me siento yo.

Es de esos días 
en que pones un pie
fuera de la cama
mientras que en otro universo
lo pones dentro.

Y, por un momento,
la yo de aquí
y la yo de allá
se miran a los ojos
y desvían la mirada,
creyendo que son solo
fantasmas:
los mismos de a diario.

Pero amabas saben, 
muy en el fondo,
que se vieron
y que la otra
es, tal vez, la más real.

Efervescencias,
diálogos de un 
fantasma y otro. 

lunes, 15 de junio de 2015

Epopeya


El héroe es aquél
que ha vencido al mundo
solo, abandonado.
aún a sabiendas de que el camino
se termina en los pasos
que se agotan, se borran,
y ese camino perdido,
a veces tan claro como la vida,
tan imparable como los días,
se oscurece y se ilumina
en un solo instante
para abrirle paso a la eternidad.

La primera huella,
el paso que lo puso en camino,
es el último
aquel que lo transforma
en lo otro,
que lo hace ser sí mismo y nadie.

El héroe se pregunta:
¿Cómo puedo estar y no estar?
¿Cómo vivo entre estrellas y masas
sin aire, sin astros?
¿Cómo es que mi corazón late aún,
helado, sin gravedades; y
sin saber dónde estoy,
nunca he estado menos perdido?

Y, antes de cerrar los ojos se dice:
He venido sabiendo que era nada
y, siendo polvo, he llegado aquí
y, siendo polvo, respiro
con los ojos abiertos, soñando,
aún en la oscuridad total de la soledad;
y, aún muerto, como nunca antes lo hice.

La flama y la tarde




Pasa la tarde y las horas huelen a sexo
o, será que el sexo nos huele,
huele nuestras llamas de juventud incansable
que a penas se vislumbra en aquella esquina, 
tan remota e impensable
de la vida de vidas.

Sí. El sexo nos huele.
Se nos acerca, cazándonos
y poco a poco nos rodea
en una trampa tan mortal
como la muerte,
y nos empuja, uno hacia el otro,
y nos consume,
alimentándonos, abrasándonos,
en el fuego fatuo,
eterno,
de la vida que se abre paso.

Nos mezcla, como uno sólo 
para tomar nuestro fuego
y alimentar el propio,
siempre en peligro de extinción, 
siempre cambiante,
que crece codiciosamente a costa
de todos, de nadie,
y nos lleva, si bien no a su infinito
entre estrellas y constelaciones;
sí entre himnos tan viejos
que parecen salidos de las entrañas del mundo,
de los primeros seres que respiraron y pasaron la tarde, 
oliendo a sexo entre las horas de su juventud incansable.


Fénix


Sonidos en lo profundo
de una llama que arde
con mi cuerpo como leña,
fósforo, oxígeno, fricción.

La hoguera me consume.

Cada que tengo la certeza
de que no queda nada de mí,
de que sólo queda
fuego que va a romper
mi última barrera
y destruir mi cascarón
de carne, hueso y sangre;
algo en mí se rebela
y, con un dolor más fuerte
que el de saberme terminada,
nacen
sonidos en lo profundo
de gargantas rocosas,
del centro mismo de mi pasión,
y rugen en mis entrañas
pariéndome una vez más
sólo para arder de nuevo,
siendo fósforo, oxígeno, leña, fricción.

martes, 24 de febrero de 2015

Los otros


Pensar es ser otro
escindirse a diario
y convivir con uno mismo
y otro, otro, otro.
 ¿todos los otros
pensarán en mí como otro?

La llama eterna
la creación eterna 
cambiante
¿arde en todos sus pechos
como en el mío? 

lunes, 16 de febrero de 2015

Polvo

"Polvo hará de mí, mas luego
que me convierta en ceniza,
esta lumbre advenediza
tendrá el fin que ha provocado:
mi polvo habrá exterminado
el fuego que me esclaviza."
- Guadalupe Amor

Hoy es un día hermoso
como si el cielo se cansara
de las nubes grises, y el frío.

Pareciera que que el invierno 
se hubiera mudado a mi pecho.

El sol brilla y yo, helada, tiemblo. 

A estas alturas no sé si algo me falta
o, tal vez, algo me sobra dentro.
Te deslizas en mis ojos como polvo.

No encuentro el lugar en que te alojas
para desterrarte.

¿Estás  en   mis  ojos?
¿En mis recuerdos?
¿En  mis manos?
¿Mis     labios?
¿Mi   sangre?
¿Mis pasos?

Si estás en mí, ¿cómo puedes faltarme tanto?


jueves, 12 de febrero de 2015

¿Dónde estás?


¿Dónde estarás, amor de humo,
en esta noche oscura
en que no estás a mi lado?

¿Verás las mismas estrellas, 
entre nubes y fantasmas,
que en silencio me miran?

¿Te besará la misma Luna,
de brazos abiertos, 
que me consuela esta noche?

¿Estaré en tus recuerdos,
bajo el sol de invierno,
entre bosques y mantas,
sonriendo tiernamente?

¿Estaré como colibrí incierto, 
entre tus brazos tibios,
bailando descalza los ritmos
de nubes y latidos?

¿Por qué te esfumaste, mi amor,
y te escondiste tras silencios oscuros,
entre paredes de niebla,
donde no puedo alcanzarte?

Vuelve.
Mi amor, vuelve
con ella que te quiere
y esta noche fuma en la ventana,
esperando las luces desenfocadas del alba,
siendo abrazada por la Luna pálida
y buscándote entre humos y madrugadas. 

martes, 27 de enero de 2015

La casa de Asterión

"La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo... Todo está muchas veces, catorce veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arribe, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y la enorme casa, pero ya no me acuerdo." -Jorge Luis Borges (La casa de Asterión)



En el principio,
había oscuridad
en un vacío inmenso,
Oscuridad que se supo
y, en un grito desesperado,
no pudo soportarse.

Se separó,
parió un dolor sin nombre:
la primera luz,
el amanecer primero,
que iluminó
para su igual el mundo,
y con su calor secó
sus frías lágrimas oscuras.

Se unieron así
en un abrazo eterno,
se devoraron ferozmente,
sin matarse el uno al otro.

En ese cortejo infinito,
parieron seres, lugares, sueños;
sin embargo, entre Luz y Oscuridad,
se hilaron laberintos de espejos
por los que corren minotauros,
héroes,
hombres.
Todos en el laberinto.
Todos solos
con sus reflejos infinitos:
sin fin ni principio.
Sombras y resplandores
girando eternamente,
buscándose a sí mismos.

jueves, 22 de enero de 2015

Absentium


La historia de los ausentes
se puede contar
en el dolor de los presentes,
en cada vez que alguien
levanta los ojos al alba
y, entre rocío, escucha
las voces de árboles, mástiles,
pinos. 

La historia de los ausentes
crece desde el hueco de su ausencia.
La nada, el vacío, se materializa.
grita, se destempla, cambia
y se pega a las manos 
de los que se quedan. 

Versos tristes, música en silencio
de un corazón palpitante
que se destila al filo de la mañana. 

martes, 20 de enero de 2015

Diálogos de polvo


¿Quién eres tú, que veo en el agua?
Te toco con las manos,
queriendo tomarte, agua clara,
pero te pierdes en el acto.

¿Quién eres tú, que cayó sobre la hierba,
bajo la zarpa de un animal enemigo,
que eres el primero que no se levanta,
que no respira, que me ve de ojos ciegos?
¿Crecerás de la tierra como semilla 
si cavo profundo y te entierro?

¿Quién eres tú, que miró,
por vez primera, el cielo
y, sin saberlo, se supo 
insignificante, finito,
menos que niebla:
polvo que respira?

Y, ¿quién soy yo, que te conoce,
que en tus dolores se encuentra,
que nació de tu vientre
y, sin hablar tu idioma, te entiende?


jueves, 15 de enero de 2015

On kai me on


Tal vez soñar 
con los ojos abiertos,
con los pies en las nubes
y el alma en el suelo. 

Pero, ¿qué es sueño?
¿Cuál es la cuestión?
Dormir sin soñar,
soñar sin dormir
de ojos cegados
ante la luz de la vida

volar sin alas,
definirse en la dimensión
de árboles y cantos
aún con los huesos 
entre la piedra y la sal.

Tal vez, abrir los ojos
a la visión de los dormidos,
a los dolores de a diario,
sin anestesia, 
entre verdades anónimas. 

Reparar visiones de polvo,
de olvido sin sombra ni nombre,
que rompen la coraza del alma
y refresca los poros con aliento de sueño. 

Tal vez vivir,
vivir soñando y soñar viviendo
con los ojos abiertos
y alas sin plumas. 
Ser y no ser, sin cuestión. 
Morir, dormir, soñar,
tal vez. 

sábado, 10 de enero de 2015

Silencio, penumbra, tierra


"And if you gaze long into the abyss, the abyss also gazes into you."
-F. Nietzsche


Silencio, penumbra, tierra,
hoyo dentro del vacío,
acertijo en la noche
dispersa, como el humo
que brota entre los labios
de tinieblas, luces,
ojos que no pueden ver
nada más que
silencio, penumbra, tierra.

Manos terrenales que tocan,
sin siquiera buscarlo,
hojas secas, corteza muerta, musgo,
que crece entre mi vientre,
tibio, y el vacío del hoyo,
las estrellas, el universo.

Silencio, penumbra, tierra.
¿Quién se mira en el espejo?
¿Quién toca musgo, tierra, universo?
¿Quién está entre humo de ojos abiertos?

Sólo penumbra, tierra, silencio
que respira, tibio, y se busca en este abismo.