jueves, 17 de enero de 2013

Poema en prosa de una nube a un extraño

¡Oh! Extraño que baja la mirada, que camina, las manos en los bolsillos, un pie detrás de otro, rápido, en un sinmirar mirando. Con gestos mudos luchas por decir al mundo, sin quererlo, verdades y absolutos; los desengaños del mundo engañados por un chiquillo y su mirar cansado. Las hojas te miran mirarlas, en secreto, y en su lengua susurran al más sabio de los hombres las desventuras de tu tacto. Extraño, enemigo de Morfeo y amante de los sueños, cierra los ojos a la luz matinal que se cuela en tu cabeza al roce de una oreja. 
Escucha, extraño, los relatos líquidos de labios de una nube pasajera, de labios de una extraña. 
Sonríe, extraño, trae al mundo un nuevo sol resplandeciente y puro, tímido. 
Toma con manos tibias un suspiro que se suicidó muy pronto y hazle crecer alas y sueños a color y blanco y negro; hazlo volar sobre tu aliento y dale alas de papel con tus ojos claros, como una noche otoñal, hazlo volar y si acaso una extraña, entre ensoñaciones y brazos fríos lo recibe, serás, extraño, nunca más extraño.