miércoles, 31 de agosto de 2011

Youth & Whisky

La calle vacía. Sólo el humo de un cigarro aperlado brillaba en la oscuridad de la fría calle. El único farol que aún funcionaba estaba parpadeando, a punto de extinguirse. La figura que estaba recargada en la pared exhaló la última bocanada y tiró la colilla al piso, antes de frotarse las manos en un intento de deshacerse del frío y emprendió el paso hacia un local cercano. Las manos en los bolsillos. 
 La iluminación del local le hizo parpadear varias veces y poco a poco divisó a la multitud que se movía al mismo ritmo. Los acordes le retumbaban en los oídos cual latidos de un corazón. Pasó entre la multitud hasta la desgastada barra. En seguida el cantinero le sirvió su trago habitual: Whisky. El líquido tocó sus labios. Pasó por su garganta trayendo consigo aquél calor tan familiar y tan agradable. Segundo, tercero, cuarto trago. Sus adentros estaban en fuego. En fuego como el mundo, como la multitud del local, como la sociedad y el jodido mundo. De la nada, la risa inundó cada fibra de su ser. Risas, millones de risas inundando el aire cargado de sudor y alcohol. Su cuerpo se movía al ritmo de la batería, al ritmo de los gritos, las voces y los corazones. 
Era su mundo, su vida, su todo. Nadie podría detenerle. Se dejó llevar por las horas, la cercanía, sus propios impulsos y por ese fuego que traía el whisky, las horas pasadas. Entonces regresó el recuerdo, las penas, su bautizo en la miseria. Ellos le hicieron de ese modo. Ellos le enseñaron a ser juventud, a ser whisky. Ellos le usaron; fue sólo el arma en la historia de un bastardo. 
Fue de nuevo hacia la barra. El siguiente trago estaba frente a sus ojos.
-  Pueden verme... ¿¡Pueden verme!? -La multitud no se inmutó. Pero no hacía la diferencia. 
-  ¡Hermanos, amantes, mentirosos, ángeles que me guardan, ¿¡Pueden oírme!? 
Sintió la vista de alguien en la semioscuridad, esa sensación que habita en la medianoche donde ojos invisibles clavan su vista en tu cuerpo, indefenso, tan frágil.
-  ¡Esta va por la Virgen María! 
Whisky por su garganta, quemando, prendiendo fuego a su interior.
Se acercaba la oscuridad.

lunes, 15 de agosto de 2011

No te sentí...


Era de noche y no te sentí
busqué en mi cama
busqué en mis libros
en palabras, por si habías dejado notas,
busqué bajo un árbol
busqué en una sala vacía
busqué en un cine iluminado
busqué dentro de mis ojos
pero no te pude encontrar
te busqué a mi lado
y no estabas ahí.

Abrí los ojos en la madrugada
no te sentí.