miércoles, 20 de julio de 2011

Algo más...


Tuve un sueño anoche. Este sueño me quitó el aliento y dejó una agradable sensación de calor en mi interior, junto con una sonrisa. Soñé contigo y con esos ojos oscuros tan lindos, tan tuyos. Soñé con ese tacto frío, con ese roce de tu piel y con esos labios, tan besables, tan tremendamente dulces. Soñé con esa mirada que me diste ayer, con los besos que me regalaste. Soñé con un lugar nuevo, estilo moderno, con una linda sala de estar y un tapanco justo arriba. Estaba en el tercer piso, así que podíamos deleitarnos con las sinfonías de la sociedad urbana durante el día y con la tranquilidad abrasante de la noche. Un departamento de dos habitaciones, una llena de libros y mi colección de clásicos, y la otra era toda nuestra. Una alfombra clara, tal vez blanca y suave; una gran cama blanca, albergando los sueños de ambos, las caricias, nuestra vida juntos. Te veo al despertar cada mañana y eres lo último en cruzar mis pupilas antes de caer en los brazos de Morfeo. Te veo junto a mí, resolviendo un rompecabezas o sólo haciéndonos tontos por ahí. Te veo en las noches lluviosas y en aquellas en que simplemente me tomas entre tus brazos y me pierdo en tu calor. Te escucho cuando me llamas, cuando me dices que me amas.
Hoy abrí los ojos y supe que era algo más que un sueño. Que tú eras algo más que alguien que cruzó mi camino y que se volvió parte esencial de mi ser. Hoy, al despertar, sentí tus brazos a mi alrededor y supe que era algo más que un sueño.

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