domingo, 23 de mayo de 2010

Your Eyes...


I've tried, really

I'm thinkin' about it,

Starin' madly

Do you think we'd meet?


I've caught you looking at me,

I've returned the deep look

Then you turn, totally mute...


Always the same

I can’t say I'm ok

Do you think I should say

what has been always there?

Or maybe is that obvious

that there's no purpose

on saying what, for sure,

you know since long ago...

lunes, 17 de mayo de 2010

Sara

Todo se había mejorado. Mi día había sido bueno al final. Era la una de la mañana. No podía dormir. Intentaba acomodarme en cualquier posición humanamente posible para conciliar el sueño, pero éste no se dignó a aparecer hasta un cuarto de hora después. Aún así, me abandonaba esporádicamente para ir a reconfortar a alguien más. No supe de la razón de estos abandonos, hasta el día después. Desperté, como de costumbre a las 5:30 y me bañé. Tomé una blusa negra y mi uniforme; me disponía a cambiarme con la ropa seleccionada cuando reparé en el hecho de que me sentía aún feliz y no quería usar negro. Encontré algo más alegre para usar (una blusa verde, mi color favorito). Escuché que sonaba el teléfono. No podían ser buenas noticias, nadie llama tan temprano a menos que tenga algo malo que avisar.
Mi mamá tocó la puerta. "Tal vez, hoy no hay clases", pensé.
- Me acaba de llamar Danya. -Yo sólo había escuchado que ella utilizara ese tono antes, cuando falleció mi abuela. Me preocupé. Era algo serio. - Me dijo que Sara falleció. La están velando. La creman a las dos.
Se me cayó el alma a los pies. Sara era mi amiga de la primaria. Tenía leucemia. Nunca dijo nada, siempre ocultó la verdad que nosotros sabíamos. Hacía un año que no la veía. Pensé que todo iba bien con las quimios. Nunca pensé que algo malo pudiese pasarle. Nunca pensé que hubiera dejado este mundo. Hubo silencio. Mi mente no podía procesar este dato, esta nueva noticia.
- Quiero ir al velorio. -Dije con decisión.
- Está bien, pero qué decimos en la escuela? Tenías examen hoy?
- Si quieres, yo hablo con la coordinadora. No, no tenía examen.
Bajé a comer el desayuno que ya estaba preparado para mí. A decir verdad, no estaba consciente del sabor del pay en mi boca, del sabor de las fresas, ácidas y dulces al mismo tiempo.
Subí a mi cuarto a cambiarme, me lavé los dientes, me peiné y me use los lentes de contacto. Llegamos a la escuela de mi hermana. Ella se bajó y nosotras nos dispusimos a caminar las pocas cuadras que nos separaban del contenedor vacío de mi amiga. En el camino nos encontramos a otra amiga mía, Dannie. Caminamos juntas. Llegamos al edificio y nos encontramos con Bibi, una amiga más. Su rostro estaba ensombrecido por la pena y las lágrimas surcaban su rostro.
- Creo que es mejor que volvamos después. -Sugirió mi mamá.
- Está bien. -Dijimos, después de consolar y despedirnos de Bibi y su mamá.
Eran las 8:50 cuando regresamos al edificio de la Gayosso. Era en la sala 6. Ahí estaba un hombre, el padre de mi amiga. Nos guió por las escaleras, justo hacía donde su hija reposaba. Era una sala amplia, llena de gente conocida y desconocida. En el fondo y centro de la estancia, se encontraba el ataúd de madera, rodeado de flores, cerrado. A su alrededor, todos sus amigos, todos sus familiares, lloraban y guardaban silencio. Sí, eso es lo que se hace en esas ocasiones, guardar el sonido, dejar al silencio penetrar en ti convertido en pena. Saludé a unas de mis amigas. Consolé a otras tantas. No podía llorar. Llegaron más chicos de nuestra edad, la edad que ella tenía. Cada uno se acercaba ante el refugio de madera y soltaba una lágrima o una mirada llena de dolor y tristeza. Detrás del féretro estaban unas fotos de ella, de antes de su enfermedad, de su solitaria figura. Unos cuantos dibujos se hallaban en una pared del lado, cartas que sus compañeros de la secundaria escribían para ella, para apoyarla. Era demasiado, ella era tan joven, tan fuerte, no me lo explicaba. Ni siquiera había cumplido sus quince años, únicamente había pedido comer una hamburguesa y unas papas como último deseo. Se había visto vencida y derrotada tan sólo unas horas antes. Su madre, resignada, no había intentado hacerle una operación desesperada por salvar su vida, ella entendía que eso era todo y que su hija había luchado todo lo que había podido. Su padre, no lo entendió. Él se aferró desesperadamente a la posibilidad de salvar a su hija, a no perderla. Ella había fallecido en el quirófano, después de dos infartos.
Permanecí alrededor de tres horas en aquél fatídico lugar. No lo soportaba. Le pedí a mi mamá que nos marcháramos. Había visto a demasiados llorar, había reprimido todo demasiado tiempo. Me despedí de todos. Le dije adiós a Sara. Salí del edificio. No lo pude reprimir más, todo el dolor me invadió y dejé que las lágrimas invadieran mi rostro.
- Sabes qué es lo más triste? - Preguntó mi mamá, una vez fuera de la Gayosso.- Lo peor es que en septiembre era su cumpleaños y su mamá le había apartado el salón. Iba a ser una gran fiesta.
Ambas rompimos en lágrimas mientras nos alejábamos de la funeraria, de mi amiga, de su cuerpo inerte.
Adiós Sara. Nos veremos en otra vida. Fuiste fuerte hasta el final. No dejaste que nadie compartiera tu dolor, no dejaste que soportáramos esa enorme carga contigo. Descansa en paz. No sufrirás más. Te recordaremos. Recordaré esa fortaleza, esas risas, ese gorrito de los colores del arcoiris. Te recordaré.

domingo, 16 de mayo de 2010

Need

Un mal día. Todo pasó justo como no quería que pasase. La siento cerca, siento su aliento frío como la muerte. Oh soledad!
En ese mismo instante, en esas largas horas, me sentí a morir. En esas horas todo parecía tan gris, tan difícil. El aire soplaba cada vez más fuerte, cubriéndome con esa frescura, manteniéndome a la idea de estar viva. La lluvia vino después. Juro que quería que me cubriese. Pero no estaba sola, al menos físicamente. No podía dejar que la lluvia descubriese lo que en verdad sentía, que desenmascarara el dolor. Salí del alcance del líquido. Después el dolor me cubrió aún más. No podía soportarlo. De haber podido, hubiera derramado el llanto que me quemaba el alma. Me pregunto si los chicos a mi alrededor notaron ese dolor, si la palidez de mi rostro me delataba. Nadie dijo nada. Llegó la hora. Debía irme. A decir verdad, antes de su llegada, no había sido mala la tarde. Me había divertido, había conocido gente nueva. Pero eso ahora no importaba. Sólo deseaba irme. En la entrada, me despedí de todos, mi padre estaba ahí y yo no quería que él preguntara si es que yo me negaba a despedirme de él, causante de mi dolor.

Una vez en mi casa, la barrera cayó.
Las sombras ocultaron mi rostro, que se contrajo con el dolor sentido. Las imágenes de la fiesta cubrieron mi mente una vez más y volví a sentir ese fragmento, esa parte de mi, rompiéndose, clavando las astillas del fino material en mi corazón. ¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? ¿por qué no podía, tan sólo, dejar de verte, esfumarte de mi vida? ¿por qué tenías que pretender a mi mejor amiga, de nuevo? ¿por qué tenías que estar con ella, que reír con ella, que disfrutar con ella? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿¡¿POR QUÉ?!?!

A un amigo pedí consejo un día; me dijo que debía hablarle, preguntarle aquella pregunta que ya tiene respuesta en mi mente. Tal vez al pedir explicaciones, consiga saber qué es lo que debo hacer para olvidar, tal vez sólo consiga más dolor y penas. NO sé si me atreveré a romper nuestro fragil silencio, aquella barrera en la que me refugio en contra suya.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Para ti, amor


Hoy el cielo es hermoso. Sentada en el suelo, lo veo desde mi patio trasero. Los grillos cantan. Los perros ladran y el inconfundible sonido del tráfico nocturno resuena. Hay nubes en el cielo. Nubes que parecen ligeros pedazos de algodón de ázucar que flotan por el manto celeste. He contado más estrellas que la noche anterior. Hoy, el número se triplicó cuando me concentré en las luces del cielo, en todos aquellos puntos brillantes. Pero la Luna! Oh! que maravilla más extraordinaria! Que preciosidad; con qué hechizo ha de atacar a nosotros los mortales que la vemos tan inalcansable y encantadoramente bella. Más no es su aperlado color lo que me ha hipnotizado hoy. No, no es el cielo salpicado de pinceladas de algodón y puntos de diamante lo que llama mi atención.
Cuando salgo a mi jardín, en noches como esta, y cuento el número de estrellas, un pensamiento siempre viene a mi cabeza, una idea encantadora e irreal. Pienso en ti, mi amado, mi alma gemela, mi otra mitad. Sí amor, pienso en ti. Pienso que, en alguna parte, bajo el mismo cielo, bajo el mismo resplandor de luna, tú puedes estar mirando al cielo, justo en el mismo instante, justo hacia la cálida perla blanca del satélite. Pienso que en ese instante podrías estar viendo las mismas estrellas, contándolas como yo lo hago. Pienso que, tal vez, pero sólo tal vez, puedes estar en alguna parte, pensando en mi, en tu otra mitad, en tú alma gemela. Así, sonrio ante aquella fantasía y te digo adiós amor. Le digo adiós a la noche para internarme en el mundo de los sueños, donde, tal vez, te conozca.

jueves, 6 de mayo de 2010

Deep inside


Alguna vez los ha sorprendido algo de alguna persona que nunca pensaron que fuera especial???
He descubierto, muy recientemente, que las personas en definitiva esconden muchas cosas de si mismas, pero que además, a veces, esconden su mejor lado por miedo a lo que piensen las demás personas y lo que dirían si lo supieran,si los conocieran realmente. Esta persona, no era alguien especial para mí. Esta persona era de esas a las que conoces pero no les tomas mucho valor, no es prestas la atención que deberías. No fue hasta hace poco que descubrí que esta persona tenía un valor más allá de lo que yo esperaba. Logró hacer que yo bajara la guardía y se enteró de las cosas que, normalmente, yo escondo a la mayoría. Así, me dí cuenta de su verdadero valor. Así, hice un amigo hoy.

martes, 4 de mayo de 2010

In love!!!


Supongo que no lo había comentado con todo lo anterior publicado. Sucedió hace mucho tiempo, pues cabe decirse que rondaba mi corazón desde hace un par de años o más. Lo conozco desde que tenía como 5 años. Él es un año más grande que yo, pero nuestros padres eran amigos y por esa razón entró en mi vida. No éramos los únicos, ya que era un grupo de familias que se frecuentaban para convivir y de su edad había otra tercia de niños, todos varones. Como yo era la única niña de la edad y mi hermana tenía un amigo inseparable de su misma edad, no tuve más remedio que intentar juntarme con ellos. Tres de ellos no me aceptaban por el género que tanto importa a los niños pequeños, pero él, aquel que llena mi cabeza de pensamientos e ilumina mis sueños, se apiadó de mi e intentó convivir conmigo. Podría decirse que de todos ellos era mi único amigo. No es un chico muy apuesto, no tiene cara de modelo ni un cuerpo fornido, no. Es mucho más que eso. No es en sí el como luzca o que si las cosas que dice son interesantes o no. Es la forma en la que me siento cuando estoy con él. Es que cuando lo veo me invade una repentina alegría y la sensación de que vuelo y no hay nadie más que nosotros dos. Me siento como yo misma y nada me molesta o me reprime.
Desde luego, antes yo no pensaba así. Todo pasó hace más o menos tres años. Era una fiesta de Fin de Año que tenía lugar en mi casa. Él y su familia fueron de los primeros en llegar. Empezamos a convivir y me di cuenta de que era una persona muy sociable, amable y risueña. Nos llevamos bien al instante. Caí a su merced desde ese día. Pero no fue hasta la próxima vez que nos vimos que me di cuenta de que Cupido me había flechado...

Era la fiesta de primera Comunión de su hermano. Yo estaba emocionada, eso debo admitirlo. Al principio no lo veía, no le hallaba entre los rostros desconocidos, pero entonces llegó su padre, amable, considerado y me levó hasta donde él se encontraba. "Qué no se conocen?" nos dijo. Le saludé y él me saludó. Desde ese momento me la pasé toda la fiesta a su lado, sintiéndome como nunca y disfrutando cada rayo de sol sobre mi piel. Ahora siento que terminó muy rápido. Ahora sé que es alguien tan especial para mí que en el momento en que nos crucemos de nuevo voy a flotar en una nube. Todo el mundo se detendrá cuando nuestros latidos se vuelvan uno solo y cuando le mire a los ojos y vea esa llama, vea que no me olvidó y que en algún rincón de su mente guarda las horas que pasamos juntos.
Perdónenme si fui demasiado lejos. Son las fantasías de una mente enamorada.


domingo, 2 de mayo de 2010

Here Comes the Sun!!!!! =D

No hay nada como el arcoíris después de la lluvia. No hay nada como esa tranquilidad y la humedad que cubren con su frescor cada centímetro de la tierra después de que la tormenta se hubiera ido y el Sol brillara con intensidad pura sobre lo que una vez fue atacado cruelmente por la pasada inundación.

Ahora el mundo es un poco más simple. No más tropiezos con la misma piedra, no más peleas sin final y problemas sin sentido. Tal vez las mañanas sean más claras, tal vez la Luna sea más clara, una vez que se decide que el final de la tempestad debe llegar, no hay nada más que hacer, no hay nada mejor que pueda hacer más que...

Sonreír!!!

Después de todo, la vida de un hombre, su verdadero valor, reside no en las batallas que ha ganado, sino en las que ha perdido y ha tocado fondo, viéndose en una lamentable situación, viéndose en lo más hondo y ha decidido salir adelante sin importar lo difícil o peligroso que el camino cuesta arriba pueda parecer. Nada es en vano.

Llegamos a este mundo para vivir, para amar y ser lastimados, para soportar y triunfar, para aprender y ser defraudados.

Sólo sonríe y déjate llevar por las experiencias con la que la vida te enseña las lecciones más puras y más difíciles. Disfruta de cada momento y aprende todo lo que puedas…

Después de todo, QUÉ SERÍA DE UNA VIDA SIN PROBLEMAS??

PURO ABURRIMIENTO!