domingo, 25 de noviembre de 2012

Gone with the Wind


El viento ya viene
entrando por los pies
corriendo por el vientre
endulzando el tacto
refrescando las olas del aliento

El viento, el viento
que se lleva en su flujo 
imperecedero, eterno
las aflicciones del sentido

El viento que me recorre con su tacto
y en un beso tierno y frío
me regala dos sorbos 
de llanto tibio y sincero
para llenar dos copas 
de licor amargo 



El viento 
susurró en mi oído:
"Cuando no existe lugar



y la vida no da más
sólo queda aprender a gritar
tomar los ojos del suelo
sacarse los clavos del alma
tomar dos píldoras de nube
y respirarme profundo"
al tiempo que caía 
en sus brazos eternos
etéreos 
y me llevaba al infinito
de un viento, un viento
que viene y que nunca se va.





martes, 20 de noviembre de 2012

Remains of the Three Days of Grace...


"...Don´t put your life in someone's hands, 
They are bound to steal it away..."


"I don't really know
Who I am
It's time for me to stand
I need a change
And I need it fast
I know that any day
Could be the last..."

"...There's times I stayed alive for you
There's times I would've died for you
There's times it didn't matter at all..."

"...Did I fall  asleep?
Is this all a dream?
Wake me up, I'm living a Nightmare..."


I will not die
I will survive

"...So if tomorrow never comes
From living fast and dying young
I hope the best is yet to come..."
"...You're under attack
But your spirit's not broken...
So when you're feeling crazy
And things fall apart
Listen to your head
Remember who you are..."


I'm the unbreakable heart



I WILL NOT DIE





miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cuento Amorfo


Había una vez un cuento amorfo. Todos miraban a otro lado, buscando cuentos con forma y el cuento amorfo se quedaba en las sombras, esperando, acumulando polvo. Caminaba sólo, sin nombre y se preguntaba qué propósito tenía su existencia. No tenía forma, ni sentido. Fue entonces en que vio algo en las sombras, una pluma amorfa, sentada y empolvada. La pluma notó su existencia y el cuento amorfo tomó a la pluma amorfa y cada renglón cobró sentido cuando un ojo curioso descifró estas palabras.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Walking Around...

Ahora entiendo lo que alguien me dijo hace tiempo: Algunos escriben por gusto, mientras que para otros, es algo tan necesario como el vómito después de una sobrecarga de alcohol. 
Hoy escribo aquí no por el gusto de hacer florecer ideas en papel, como antes. Hoy, tenía miedo de tomar a pluma e impregnar este blanco, tenía miedo de lo que después vería escrito aquí; pero tenía más miedo de no escribir, de lo que estaría haciendo en su lugar. 
Es verdad lo que dicen. Es verdad que hoy no sé quién soy ni tampoco qué pasará con mi vida, pero dudo que alguien entienda las dimensiones reales de lo atrapada que me encuentro, del dolor que se aplasta, pero sobre todo de la inmensa culpa que me agobia. He permanecido demasiado tiempo callada, sin pensar ni decir lo que siento. Sólo a veces un vestigio de dolor me subía por la médula y resbalaba de mis ojos a las manos, extendidas para tomarlo, para intentar crear estatuillas de agua y sal que rápido desaparece. ¿Alguien lo ha logrado alguna vez? No lo sé. Tal vez sí, en algún lugar lejano; pero yo me encontré  completamente incapaz de darles forma y verlas más puras, menos dolorosas, menos prisioneras...

Estos días, me he cansado de ser hombre. Me he cansado de albergar dolor líquido que al final se evaporó y salió por cada poro. He pensado en abandonar el mundo, en carbonizarme al roce de un lirio, morir de un golpe de oreja. 
Me derrito, incontrolablemente, desesperadamente. Me derrito sola entre paredes prolongadas, pisos geométricos, espejos que no responden mi llamado, que no perdonan y me miran como si quisieran borrarse del mundo, suicidarse y desaparecer entre gritos de cartón y vapor de mercurio. De entre vapores y dolores, el espejo extiende una mano pálida y me pide que vaya, que la soledad le hace ecos en los tímpanos, hoyos en la carne y le susurra en las pupilas que me quede, que le abrace. Yo sólo miro el límite cristalino que nos separa, poso la mano sobre la suya y cierro los ojos, escribiendo olas lejanas en las líneas vacías del aliento, escuchando árboles secos y tomando entre mis manos sueños huecos que saltan de mis uñas al vacío, llorando de orfandad y de frío.
Sólo uno prefirió quedarse, pequeño y pesado. Creció boca y sus ojos me miraron mientras los otros, quizá hermanos, quizá desconocidos en especie, seguían su trayectoria al vacío. 
Si su boca se abrió, fue sólo para soltar un alarido profundo y estrecho. Se rompió el espejo. No. Yo no lo rompí. No. No. No lo rompí.