martes, 9 de septiembre de 2014

No me cuelgues


No me cuelgues, amor.
No. Hoy no me cuelgues.
Respira en mi oscuridad,
trae calor a mis sombras;
que tu silencio me abrace,
suba por mis dedos 
y borre el frío de mis huesos.

Reina mi silencio.
Deja que tu silencio me devore,
que me llene, me fulmine.
Quiero sentir cómo tu ausencia
sube por mis manos,
se cuelga de mi pecho
volador de cometas,
encantador de nubes.
Tómalo,
implanta versos
en el lenguaje de un suspiro,
en sombras y caricias
luminosas tras el suicidio de la tarde,
en el eco de la cueva 
de un beso errante.

Tu voz entra 
en corrientes infinitas
invisibles
sale por mis ojos
impregnados de oscuridad,
hambrientos de tu luz,
lloran en la madrugada 
luego de horas, horas, horas
de abstinencia de ti.

Y un susurro desolado
suspira en tu oído:
no me cuelgues, amor.
Te extraño.

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