domingo, 9 de octubre de 2011

No me encontré

Abrí los ojos. La arena bajo mis pies era suave y gris, como las cenizas que quedan después de un gran incendio. El espacio era enorme, un desierto. El cielo era color añil, como a ti te gusta, como a mi me desagrada. ni siquiera el Sol podía romper con esa atmósfera gris. no había un solo ruido que rompiera con el silencio ta profundo que emanaba de las cenizas. Lo curioso es que no hacia calor como en cualquier desierto, sino un frío insospechado y crudo.
Comencé a caminar hacia ningún lado con la esperanza de encontrar algo, a alguien. Después de dar docenas de pasos, mis pies se hicieron a la idea de que cada paso significaba que el frío se extendiera cada vez más sin posibilidades de ser extinguido. Caminaba y caminaba pero el paraje desértico siempre era igual, siempre carente de vida, siempre debajo del mismo cielo.
De pronto, algo apareció a la distancia; no podía ver bien qué era. Caminé cada vez más rápido sin ya poder sentir hasta las rodillas y cuando llegué a estar a un metro de distancia de ese nuevo elemento no supe si acercarme o no. Se trataba de un fuego cristalino, como hecho de agua que burbujeaba a la sombra de un árbol se aspecto sublime; sus ramas y hojas eran negras y de su seno brotaban los retoños de unas flores blancas como la nieve. Me acerqué al árbol. Alcé un brazo para poder alcanzar uno de los retoños de las ramas bajas del árbol. Cuando estaba a medio camino, el botón se abrió y floreció hasta caer como un copo de nieve. La palma de mis dedos tocó su fragilidad y percibió una pequeña chispa cálida que palpitaba en el corazón de la flor. De pronto, recordé algo, vago y carente de sentido en esas circunstancias, pero era algo tangible, un recuerdo. La imagen se esfumó tan rápido como había llegado, dejando tras de sí una estela de sensaciones. Cerré mi puño tras darme cuenta de que entre mis dedos no había más que cenizas pálidas.

Me encontré buscando una buena excusa para llorar.
Me encontré preguntándome por qué me sentía usada.
Me encontré extrañando, recordando.



Me encontré sola.

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