No hay nada como el arcoíris después de la lluvia. No hay nada como esa tranquilidad y la humedad que cubren con su frescor cada centímetro de la tierra después de que la tormenta se hubiera ido y el Sol brillara con intensidad pura sobre lo que una vez fue atacado cruelmente por la pasada inundación.
Ahora el mundo es un poco más simple. No más tropiezos con la misma piedra, no más peleas sin final y problemas sin sentido. Tal vez las mañanas sean más claras, tal vez la Luna sea más clara, una vez que se decide que el final de la tempestad debe llegar, no hay nada más que hacer, no hay nada mejor que pueda hacer más que...
Sonreír!!!
Después de todo, la vida de un hombre, su verdadero valor, reside no en las batallas que ha ganado, sino en las que ha perdido y ha tocado fondo, viéndose en una lamentable situación, viéndose en lo más hondo y ha decidido salir adelante sin importar lo difícil o peligroso que el camino cuesta arriba pueda parecer. Nada es en vano.
Llegamos a este mundo para vivir, para amar y ser lastimados, para soportar y triunfar, para aprender y ser defraudados.
Después de todo, QUÉ SERÍA DE UNA VIDA SIN PROBLEMAS??
PURO ABURRIMIENTO!
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